Dentro de la basílica disparé el 85 mm f/1.8 a ISO 2500, aprovechando la luz cenital de los vitrales. Añadí un flash rebotado en columna románica para dar un tope de luz direccional al rostro de Elaine y enfatizar las perlitas del velo. El obturador 1/200 s evitó motion blur mientras Eduardo se enjuga las lágrimas, capturando la emoción genuina sin sacrificar nitidez. El bouquet de rosas funciona como punto de anclaje visual que equilibra la composición.